jueves, 25 de diciembre de 2008

miércoles, 17 de diciembre de 2008

lunes, 24 de noviembre de 2008

VICTOR HUGO PACIARONI "barbijo"

Querido Barbijo:

No hay palabra que me nombre. No.

No hay palabra que me nombre, que nos nombre; digo... a los que estamos de este lado de la herida.
Hay palabras adaptadas. Hay otras que están faltando.
Porque, ¿cómo se nombra a la amiga de un desaparecido?
¿y a la compañera?
¿al padre? ¿a la madre?


Tantas veces te escribí imaginarias cartas...

Sin destino. Sin estampilla. Sabiendo que me entenderías porque fue mucho lo que nos conocimos, fue mucho lo que nos quisimos y corto el tiempo que nos dieron.
Hoy me siento a contarles a los demás un poco de tu historia: a los que quizás están viendo por primera vez tu foto. Quien te dice... en una de esas, alguien sepa lo que hace tanto tiempo espero que me digan: qué fue de vos en la oscura noche.

Conocí a Barbijo en una toma del Comedor Universitario.
Los estudiantes que formábamos interminables colas para acceder al almuerzo, fuimos llamados a colaborar cubriendo la ausencia de los cocineros. Y allí estaba él. Él, que con ingenio logró lo que otros no podían, encender esas complicadas cocinas y organizar la tarea de cada uno.

Ahí recibí de Víctor la primera enseñanza de las tantas que vendrían luego.

En la segunda oportunidad lo tenía sentado frente a mí en una reunión.
Era un aula de la Ciudad Universitaria. Mientras el debate se llevaba a cabo, Barbijo se empeñó en arreglar la cerradura que había advertido rota al llegar, sin perder el hilo de lo que allí se discutía. Es que su sentido de la responsabilidad no le permitía pasar por alto ese detalle y lo expresó claramente: "lo que pertenece a la comunidad debe ser mantenido en condiciones en la medida de nuestras posibilidades y somos nosotros quienes debemos ser coherentes a nuestros principios en la búsqueda del hombre nuevo"

Así, con esas características, con esa claridad, era Víctor Hugo.
Comenzamos a compartir la militancia en la Facultad de Arquitectura, donde la lucha por reivindicaciones estudiantiles nos mantenía en contínua actividad y se fue forjando una amistad muy fuerte que nos hacía inseparables...

Y aquí mi amiga, la amiga de Barbijo, hace un alto en su relato, mientras se entrecruzan sus recuerdos con los míos, yo tengo diez años menos que ella.

Mientras ella militaba en la Facultad, yo iba al primario. Compartíamos sin conocernos aún, una ciudad, sus calles, el amor, el viento, la música, la alegría y el miedo.

Esta historia sigue, mientras suena en mi cabeza "Noches de blanco satin" de los moody blues.

http://www.youtube.com/watch?v=9muzyOd4Lh8&feature=related

sábado, 25 de octubre de 2008

Casona Cultural Humahuaca - Ventana Aborigen

Casona Cultural Humahuaca - Ventana Aborigen

Arte, música y pensamiento

Evento comunitario

2º viernes del mes 22:00 hs.

Entrada: Bono contribución $ 5

Ventana Aborigen es un espacio solidario de difusiòn de cultura, arte y pensamiento de nuestros pueblos originarios y se hace posible por el aporte de una comunidad comprometida con la causa que se permite soñar y trabajar incansablemente en favor del amor, de la paz y de la justicia social.
VENTANA ABORIGEN
UN ESPACIO SOLIDARIO DE MUSICA, ARTE Y PENSAMIENTO
VIERNES 10 DE OCTUBRE DE 2008 A PARTIR DE LAS 22.00 HORAS
Por cuarto año consecutivo La Casona abre su Ventana Aborigen para compartir con ustedes este encuentro.
· CEREMONIA DE APERTURA CON EL ACOMPAÑAMIENTO DE NUESTRAS CAJAS Y COPLAS
· · SONANDO CAMINOS - Trío juvenil de cuerdas.
· · TALLER DE CHARANGO Y GUITARRA del Centro Cultural DISCEPOLÍN (Grupo infanto juvenil)
PODER SIKURI
EMPANADAS Y VINO
BONO CONTRIBUCION $ 5.-
El 2º viernes de cada mes los esperamos para compartir un encuentro que lo hacemos entre todos Ventanaborigen @yahoo.com.ar

CASONA CULTURAL DE HUMAHUACA
Humahuaca 3508
Ciudad Autonoma de Buenos Aires - Argentina

viernes, 10 de octubre de 2008

Página/12 :: El país :: “Siguen siendo torturadores”


Página/12 :: El país :: “Siguen siendo torturadores”

EL PAIS › RECLAMO PARA QUE TRES REPRESORES CUMPLAN SU CONDENA EN UNA CARCEL COMUN
“Siguen siendo torturadores”

El fiscal Félix Crous hizo su alegato en el juicio a los jefes de los centros clandestinos Mansión Seré, de Morón, y La Cueva, de Mar del Plata। Recalcó que los acusados mantienen oculto el destino final de las víctimas
Por Diego Martínez

“Larga vida en una cárcel común”, deseó y pidió el fiscal federal Félix Crous ayer, durante su alegato ante el Tribunal Oral Federal Nº 5, para los jefes de los centros clandestinos Mansión Seré y La Cueva de Mar del Plata. Luego de una prolija acusación, Crous solicitó prisión perpetua para el coronel Pedro Alberto Barda y 25 años de cárcel para los brigadieres César Comes e Hipólito Mariani. Recordó que “siguen siendo torturadores” por ocultar el destino final de las víctimas a sus familias. Los abogados querellantes, que habían cuestionado al fiscal por no pedir que se revoquen las excarcelaciones de los brigadieres, ayer lo felicitaron.
Barda, de paso corto y señorial bastón de empuñadura dorada, llegó temprano. Los brigadieres, de impecable porte para sus ochenta abriles, ingresaron poco antes que los jueces y por la misma puerta. El único amigo que fue a acompañarlos se ligó un reto por golpear el blíndex para que lo vieran y no se sintieran tan solos. Los imputados no conocen aún la cárcel: Barda está preso en su casa y los pilotos, excarcelados.
Crous detalló los secuestros por los que se juzga a los jefes de Atila, como los guardias llamaban a Mansión Seré. Mariani tomó notas igual que su abogado José Garona, un histórico de la Fuerza Aérea que defendió al brigadier Orlando Agosti en 1985. Comes sacó la birome, pero desistió pronto. El relato del fiscal, un rompecabezas construido por un laborioso equipo de trabajo, no logró atrapar a todos los jueces. Guillermo Gordo y Ricardo Farías se dispersaron seguido e intercambiaron infinidad de papelitos con mensajes.
Mariani y Comes comandaron las bases de El Palomar y Morón, y fueron en 1977 y 1978 jefes de la Fuerza de Tareas 100, creada para cumplir “funciones antisubversivas” en zona oeste, incluida Castelar, donde funcionó Mansión Seré. “Haber estado allí es en sí una tortura”, destacó Crous. Se los juzga como autores mediatos de una docena de secuestros y tormentos, más la desaparición de Juan Carlos Brid. Garona intentó desviar la atención al área de inteligencia, pero son demasiadas las menciones a las bases.
“¡Palomar! ¡Morón! ¡Se escapó un paquete, manden gente!”, fue el pedido que los cautivos escucharon tras la fuga de 1978. “Atila a Palomar”, gritaban por radio. Desde allí también llegaba la comida. “¡No entré a la Fuerza Aérea para esto!”, rezongó un cordobés. Varios estudiaban en la Escuela Aérea de Córdoba y relataron que los obligaban a “hacer extras” allí. Usaban platos, frazadas y toallas con insignias de la Fuerza Aérea. Hasta una prostituta que se negó a participar de una orgía en la base de Palomar fue trasladada a Mansión Seré y violada por la patota. Cuando el amigo de los brigadieres escuchó que obligaban a rezar el Padrenuestro a latigazos, dio media vuelta y se fue con la cabeza gacha.
Barda fue el máximo responsable de la represión en Mar del Plata, donde comandó La Cueva, que funcionó en la Base Aérea. Se lo juzga por los homicidios de Jorge Candeloro, abogado laboralista y militante del PCR torturado hasta la muerte, y de Analía Magliaro, que tras su paso por El Vesubio y la comisaría 34ª porteña fue trasladada en avión hasta la pista del Grupo de Artillería de Defensa Aérea 601. Allí la recibió el capitán Fortunato Valentín Rezzet, aún libre e impune. Poco después fue asesinada en un tiroteo fraguado. “Tan lejos llegó la perversión y el sadismo que hasta tergiversó la conducta de las víctimas al momento de perder la vida”, recordó Crous en referencia a Barda, que no conforme con simular enfrentamientos para justificar crímenes sindicó a las víctimas como colaboradores. El fiscal pidió que se investigue a Rezzet y al brigadier Miguel Angel Osses, superior inmediato de los brigadieres.
“Mariani y Comes son hoy y aquí torturadores, porque callan el destino del cuerpo de Brid, y negar esa información es una tortura para sus familiares. Barda también es un torturador porque calla el destino de Candeloro a su compañera”, concluyó Crous.
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sábado, 4 de octubre de 2008

martes, 2 de septiembre de 2008

viernes, 29 de agosto de 2008

LOS REPRESORES BUSSI Y MENENDEZ FUERON CONDENADOS A CADENA PERPETUA POR EL SECUESTRO Y DESAPARICION DEL SENADOR VARGAS AIGNASSE

Dos genocidas que encontraron su lugar en el mundo...
LOS REPRESORES BUSSI Y MENENDEZ FUERON CONDENADOS A CADENA PERPETUA POR EL SECUESTRO Y DESAPARICION DEL SENADOR VARGAS AIGNASSE
Dos genocidas que encontraron su lugar en el mundo
Luciano Benjamín Menéndez y Antonio Domingo Bussi escucharon ayer la sentencia del tribunal de Tucumán. Quedó en duda la decisión sobre la revocatoria de la prisión domiciliaria de Bussi. Los manifestantes reaccionaron y la Gendarmería reprimió.

Por Ramiro Rearte
Desde Tucumán
Los represores Antonio Domingo Bussi y Luciano Benjamín Menéndez fueron condenados a prisión perpetua por el secuestro y desaparición del senador provincial Guillermo Vargas Aignasse. El Tribunal Oral Penal de Tucumán los encontró culpables de asociación ilícita, desaparición forzada, violación de domicilio, violación ilegítima de la libertad agravada, condiciones tortuosas de detención, aplicación de tormentos reiterados y homicidio calificado, delitos de lesa humanidad cometidos entre el 24 de marzo y el 6 de abril de 1976. Los jueces resolverán recién después del 5 de septiembre si Bussi será trasladado a una cárcel común o no. Esa indefinición ocasionó que los manifestantes, que se encontraban en la puerta de la sala de audiencias, se desbordaran al demostrar su descontento. La intervención de la Gendarmería Nacional terminó en una refriega con unos treinta militantes de derechos humanos heridos al igual que otros quince efectivos de esa fuerza de seguridad. Hubo corridas a diestra y siniestra ante la lluvia de gases lacrimógenos.
En el clímax de la protesta se cerró la sala de audiencias como medida preventiva. Ahí siguieron los cruces verbales entre los defensores de Bussi y los organismos.
Como estaba previsto, a las 10.30 el Tribunal Oral Penal en lo Criminal abrió la audiencia otorgando la última palabra a los represores antes de pasar a deliberar. En el recinto se tuvieron que incrementar las sillas ya que su capacidad estaba colmada con más de 270 personas.
El primero en hacer uso de la palabra fue el genocida local, que primero prefirió dedicar gran parte de su descargo al fiscal general federal, Alfredo Terraf, quien optó por darle la espalda a Bussi. Como ya es costumbre, el represor lloró en dos oportunidades mientras leía sus últimas palabras frente al Tribunal. Tenía una carpeta con doce carillas escritas en computadora y había párrafos subrayados con resaltador flúo, ahí cambiaba la voz, por una más potente, como cuando ordenaba durante la dictadura. Sus palabras se centraron más en su “carrera política” que en su responsabilidad como general con asiento en Tucumán durante el golpe. Trató de tener una actitud complaciente con los magistrados al resaltar que “ustedes, excelentísimo Tribunal, serán los protagonistas de este fallo cualquiera sea su sentencia y pasará a la posteridad como un antes y un después en la vida política tucumana”, mientras era asistido por tres médicos del sistema provincial de salud. En dos oportunidades pidió que se le incremente el flujo de oxígeno porque, según susurró, “le faltaba el aire”.
Bussi acusó al fiscal Terraf de “mentiroso” al señalar que “tendrá otro espacio en la historia con posterioridad inmediata a este juicio, donde seguramente no tendrán cabida sus falsas acusaciones, avaladas por delincuentes comunes. También se lo recordará por su pretendido vedetismo publicitario. Usted ha cambiado, señor fiscal, yo no. Yo sigo siendo el Bussi de toda mi vida. Fui reconocido por todos los tucumanos en más de treinta años de carrera política. El coraje se demuestra combatiendo y no como usted, que insulta a mis hijos, y en la defensa de las causas verdaderamente justas”.
Después de los treinta minutos de lectura de Bussi, se pasó a un cuarto intermedio. Luego, tomó la palabra Luciano Benjamín Menéndez, quien desempolvó casi el mismo discurso que pronunció en Córdoba cuando fue condenado. Sus palabras parecían haber quedado detenidas en el tiempo, repitió que la culpa de todo el proceso vivido en nuestro país durante la dictadura fue por los primeros movimientos guerrilleros a fines de la década del ’60. Menéndez no lloró, pero se quejó que mientras era amo y señor del suelo tucumano no podía ir de descanso a los cerros norteños, más precisamente a la localidad de Tafí del Valle, porque en ese entones “la ruta 38 estaba llena de montoneros”.
“Hace cincuenta años la guerra estalló repentina y brutalmente en nuestro país. Sin tener arte ni parte, sino porque estábamos en la ruta de conquista del terrorismo internacional, los argentinos sufrimos el asalto de la subversión marxista, que por orden y cuenta de la Unión Soviética y de su sucursal Cuba se proponían someter a nuestro país a su sistema y a sumarnos a su satélite. Era la guerra, pero la más total de todas las guerras, la guerra revolucionaria, no se tratada de sacarnos un pedazo de territorio, no se trataba de un paso entre dos océanos. En realidad, la subversión apuntaba al alma de nuestro pueblo”, aseveró mientas exageraba las eres en su lectura.
Acompañando a los represores estaban la hija y la viuda del capitán Humberto Viola, ajusticiado por el Ejército Revolucionario del Pueblo en abril de 1974 en Tucumán. La mujer llevaba una lámina con la imagen del militar muerto tal como la confeccionan los familiares de desaparecidos.
Cerca del mediodía y con mucho calor en la sala, los jueces Gabriel Casas, Carlos Enrique Jiménez Montilla y Josefina Curi pasaron para la tarde la lectura del veredicto. Desde ese momento, comenzaron las especulaciones sobre cuál sería la decisión final de los magistrados. La lectura de todos los cargos para la condena de ambos represores insumió nueve minutos. También se elevaron dos pedidos de detención por falso testimonio, para los testigos Carlos Antonio Décima y José Víctor Gerez, y otros dos por falsificación de instrumento público, en contra de Roque Cabral y Raúl Molina, funcionarios militares quienes habrían sido encargados de “armar” la historia oficial del caso Vargas Aignasse antes de que los militares dejaran el poder.
Los familiares de Vargas Aigna-sse y los organismos de derechos humanos pretendían que Bussi fuera llevado a una cárcel común en el penal de Villa Urquiza, capítulo todavía abierto hasta la decisión final del Tribunal Oral. A la hora de las declaraciones a la prensa, ambos sectores dijeron estar disconformes con parte del fallo. Uno, porque todavía sigue vigente la prisión domiciliaria para Bussi, aunque fue condenado, y otro porque fue condenado a cadena perpetua, pero detenido en la casa de uno de sus hijos ubicada en un country.
Ahora falta la lectura de los fundamentos de la sentencia que se concretará el 4 de septiembre por la mañana. Luego, tendrán cinco días hábiles desde el 5 de septiembre para decidir el lugar donde Bussi deberá cumplir la condena. La sensación que quedó entre los tucumanos es que al Tribunal Oral Penal en lo Criminal le faltó un pequeño trazo para terminar de cerrar el círculo de impunidad impuesto por Bussi y Menéndez durante la oscura década del ’70. Lo positivo es que todavía queda una puerta abierta.

sábado, 9 de agosto de 2008



Todas las comunidades están denunciadas por “usurpación” del espacio donde siempre vivieron.

AnA: Huellas de la Campaña del Desierto

AnA: Huellas de la Campaña del Desierto


Leyes que no se cumplen



Por Eduardo Raúl Hualpa *

La llamada “Campaña del Desierto” fue el mecanismo de apropiación militar de las tierras que poseían los indígenas. En la misma Constitución fundante de nuestra Nación se ordenaba al Congreso: “Proveer a la seguridad de las fronteras; conservar el trato pacífico con los indios y promover la conversión de ellos al catolicismo”. Recién un siglo después, en la vuelta a la democracia, la presión de organizaciones indígenas condujo que se apruebe la ley 23.302, de política y apoyo a las comunidades aborígenes. Aunque con importantes resabios asistencialistas, fue un avance importante. Un rebote de ello fueron nuevas y numerosas normas provinciales, en la década del ’80 y principios del ’90, incluidas reformas de constituciones que consagraron los derechos indígenas.
En 1989, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) revisó el Convenio 107 y aprobó el 169. Introdujo el concepto de “Pueblos Indígenas” y se retractó del carácter asimilacionista del anterior. Fue ratificado en Argentina recién diez años después.
La reforma de la Constitución de 1994, mediante el artículo 75 inciso 17, reconoce la preexistencia étnica y cultural, garantiza el respeto a su identidad, educación bilingüe e intercultural, personería jurídica de sus comunidades, posesión y propiedad de las tierras que tradicionalmente ocupan, entrega de otras aptas y suficientes, asegura la participación en la gestión de los asuntos que los afecten, especialmente en materia de recursos naturales. Una legislación de avanzada, enorme paso para los Pueblos Indígenas, imposible de darse sin la constante movilización de las comunidades. En septiembre pasado, la Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración de los Derechos Indígenas, otro paso fundamental, ahora a nivel global.
Pero la realidad está alejada de toda la legislación. La depredación de los territorios indígenas a manos de las empresas mineras, petroleras, madereras, turísticas, inmobiliarias, Estado, Ejército y especialmente el avance de la frontera agrícola con la soja denuncia a diario el incumplimiento de los derechos indígenas.
A catorce años de la reforma constitucional, los Pueblos Indígenas continúan en lucha, preservando su cultura, movilizados, defendiendo y recuperando territorio. Quizá se pregunten quién es más atrasado: el que tiene una historia aún no escrita, o el que no cumple lo que escribe y viola a diario los derechos humanos.


* Abogado especializado en Derecho indígena.

Huellas de la Campaña del Desierto

Los reclamos históricos

Por Alejandra Dandan

El derecho sobre las tierras que ocupan, los bienes naturales que poseen y la preservación del medio ambiente; autonomía y participación en los asuntos que les conciernen; derechos colectivos, cultura, identidad, educación, salud, empleo e idioma son reclamos históricos de los pueblos indígenas del mundo, unas 370 millones de personas que hoy conmemoran su Día Mundial, en referencia al 9 de agosto de 1982, cuando se realizó la primera reunión del Grupo de Trabajo sobre los Pueblos Indígenas de la ONU. Según datos de la misma organización, los cinco mil pueblos indígenas que existen en 70 países son los más afectados por la pobreza: son el cinco por ciento de la población mundial y, al mismo tiempo, representan el 30 por ciento de los 900 millones de personas que subsisten en la extrema pobreza.
También sufren el etnocidio, la posibilidad de desaparición como pueblos y culturas. De las 6700 lenguas que se hablan en el mundo, 4000 son indígenas y están en peligro de extinción y de ser sustituidas por lenguas dominantes. Y debido a violaciones a los derechos humanos y al deterioro del medio ambiente, el 50 por ciento de los indígenas fueron desplazados de sus territorios ancestrales y viven en las ciudades.
Entre los reclamos históricos de los pueblos indígenas de América sobresalen las matanzas que sufrieron para ser despojados de territorio. Que el Ejército hoy permanezca en territorio ancestral es considerado por las comunidades como la permanencia de un crimen aún impune.

lunes, 4 de agosto de 2008

Juicio en Tucumán a Antonio Bussi y Luciano Menéndez

Desde mañana, Tucumán vivirá un hecho histórico como consecuencia de la celebración del primer juicio oral y público por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura militar, en el que los imputados son los ex represores Antonio Bussi y Luciano Benjamín Menéndez, quien hace unos días fuera condenado a cadena perpetua por la comisión de delitos de lesa humanidad cometidos en Córdoba durante la dictadura militar.
En las audiencias de debate, a los militares retirados les imputarán los delitos de violación de domicilio y violación ilegítima de la libertad agravada, aplicación de tormentos reiterados, homicidio calificado y asociación ilícita en perjuicio del ex senador provincial justicialista Guillermo Vargas Aignasse, desaparecido en 1976.
Cuando el 27 de diciembre de 2007 dispuso la elevación a juicio de la causa, el juez federal Daniel Bejas concluyó que todos los hechos ilícitos debían ser imputados en concurso real con el delito de lesa humanidad y dentro del marco del delito de genocidio previsto por el Derecho Penal Internacional.
El diputado nacional Gerónimo Vargas Aignasse, hijo de la víctima, aseveró que "esta causa es emblemática, porque pulveriza de manera contundente la infame teoría de los dos demonios, habida cuenta de que era un senador provincial, sin antecedentes penales, profesor universitario, sin participación en ninguna facción beligerante y que sólo se opuso al golpe".

sábado, 21 de junio de 2008

Juicio a Menéndez - Córdoba Argentina - Tribunales Federales - Junio/08




El entusiasmo de los asistentes por estar presentes, conscientes de la trascendencia histórica que tiene este juicio se renueva día a día. Por el contrario, las butacas que ocupan los imputados, protegidas por una caja de vidrio blindado, se vacían sistemáticamente. Los genocidas que se creyeron dioses, dueños de la vida y amos de la muerte, no toleran escuchar sus aberraciones.


Algunos argumentan enfermedades falsas, otros desconocen toda justicia que no sea militar y manifiestan su descontento enlutando la escarapela que cuelgan de sus solapas. Otros (la patota) se queda y anotantodo, aun pretenden intimidar con su presencia a los testigos.


El dato es que el viernes pasado, como único testimonio se exhibió el documental “El Horror está Enterrado en San Vicente” y en esta oportunidad, por primera vez en lo que va del juicio, los ocho abandonaron sus butacas para refugiarse en una sala contigua, para no ver las evidencias de su horror. Se supo también que el televisor con el que los imputados pueden seguir el debate desde esta habitación, fue apagado por orden de Menéndez.

Párrafo aparte para los tres que no están: Anadón, Centeno y Luján.Recordemos que esta causa contaba con once imputados, tres se murieron en el camino, razón por la cual quedan sobreseídos. 32 años fue demasiada espera. Nos quedamos con la intriga de cómo hubiesen estado sus caras tras esos vidrios blindados que los “protegen”, o su mirada a los ojos de quienes torturaron, o su quebradiza voz ante las preguntas del Tribunal. En nuestra memoria quedaran como lo genocida que fueron.

El 11 de junio de 1976 Susana Sastre fue secuestrada y llevada a la Perla donde estuvo cautiva 8 meses.

El 11 de junio de 2008 Susana Sastre acompañó al Tribunal a La Perla para realizar un reconocimiento ocular del sitio. Pasaron exactamente 32 años.



Luis Rodeiro escribe "Dos Instantes"


Marcelo Meloni escribe "El Padre" de la Aberración"


César Pucheta escribe "Huellas"







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Fotos de desaparecidos durante la dictadura militar de 1976–1983 en el Pje. Santa Catalina, ciudad de Córdoba, Argentina. Conmemoración del 32º aniversario del golpe militar. Al fondo, una torre de la Catedral de Córdoba, cuyo arzobispo en aquel entonces, el Cardenal Primado de Argentina Raúl Primatesta, apoyó a los golpistas e impidió, en tanto pudo, toda crítica de la Iglesia hacia el gobierno de facto.



Pictures of desaparecidos (victims of forced disappearance) during the Argentine military dictatorship of 1976–1983, at Santa Catalina Passage, Córdoba City, Argentina. This was taken just prior to the day of the commemoration of the 32nd anniversary of the coup d'état. In the background, one of the towers of the Cathedral. The archbishop of Córdoba at the time, Primate of Argentina, Cardinal Raúl Primatesta, supported the coup and forbade, whenever possible, criticism to the de facto government coming from members of the Church.



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jueves, 5 de junio de 2008

CAUSA BRANDALISIS: JUICIO A MENÉNDEZ Y OTROS GENOCIDAS



En un extenso y sólido testimonio, la sobreviviente Teresa Meschiati describió en detalle la estructura interna del campo de concentración y los padecimientos de sus prisioneros, entre los que recordó a las cuatro víctimas de esta causa: Humberto Brandalisis, Carlos Lajas, Hilda Palacios y Raúl Cardozo.


La Asistente Social, hoy jubilada del Estado suizo (donde se exilió 25 años), es la primera testigo en la causa Brandalisis. En seis horas de declaración ratificó que por La Perla pasaron unos 2000 prisioneros. Asegura que Luciano Benjamín Menéndez visitó dos veces el lugar y que además les robó a los Montoneros dos valijas con dólares que no repartió.La Defensa, por su parte, comienza con tácticas intimidatorias y de amedrentamiento obligando a la testigo a dar el nombre de una compañera.


Con voz segura, Teresa Meschiati, reconoce a los acusados; uno a uno los nombra por sus apellidos y alias. El abogado de la familia Lajas -Mauro Ompre- indaga sobre el aspecto de Acosta que lleva pelo largo, barba y bigote. Responde que en aquella época ya usaba el pelo a la altura de los hombros. Tras reconocer sus anteriores testimonios y firmas realizados ante Naciones Unidas (1980) Conadep (1983) y en Córdoba (2003), ratifica esos dichos y comienza el interrogatorio.






La objetividad frente al horror


Escrito por Mariano Saravia, periodista cordobés


El martes 27 de mayo comenzó finalmente el juicio oral y público a Luciano Benjamín Menéndez, máximo responsable del terrorismo de Estado en Córdoba durante los años 70.

Después de 25 años de democracia finalmente se hará justicia con uno de los mayores genocidas de la Argentina, luego de que en 1989 fuera salvado a dos semanas de ser juzgado por el indulto de Carlos Menem. Ahora bien, ¿Menéndez y los otros siete acusados en esta causa fueron personajes aislados que de pronto enloquecieron y cometieron los peores delitos de lesa humanidad? ¿O más bien fueron parte de un engranaje mayor que llevó adelante un plan sistemático? Y si fue así, ¿por quién fue diagramado ese plan? Sabemos que fue ejecutado por los militares que habían usurpado el poder político. Pero el poder económico, ¿en manos de quién estaba? ¿A quién representaba José Alfredo Martínez de Hoz, ministro de Economía de Videla? O Domingo Felipe Cavallo, ilustre producto cordobés mejorado en Harvard.


Quizá sea muy difícil probar judicialmente la vinculación directa entre un plan económico de desindustrialización y concentración de la riqueza con el genocidio, pero podríamos hacerle caso a Kertesz cuando dice que luego del horror “sólo queda resistir con palabras ciertas”. Y las palabras deben ahondar más allá de una eventual condena a Menéndez, el ejecutor del genocidio.
Después de La Perla, no se puede seguir viviendo ni haciendo periodismo como antes. Entre otras cosas, no se puede seguir con la cantinela de la objetividad. ¿Cómo ser objetivo ante el horror? ¿Cómo ser tan cínico al estilo Mariano Grondona, que sentó a su mesa de un lado al torturador Etchecolatz y del otro lado a su torturado Alfredo Bravo? Como escribió en cierta ocasión el periodista Alexis Oliva en la revista Umbrales, “la teoría de las dos campanas da paso inmediato a la teoría de los dos demonios”.


Eso fue exactamente lo que hicieron vergonzosamente muchos periodistas cuando le pusieron gratuitamente el micrófono a Cecilia Pando o a Jorge Alberto Agüero, dos caricaturas grotescas de la defensa de los que violaron los derechos humanos.


Hoy es fácil subirse al caballo y condenar verborrágicamente a Menéndez, porque las condiciones sociales no dan lugar a otra cosa, pero mucho menos común es hurgar más en la mugre más asquerosa de nuestro pasado reciente. Si no se puede ser objetivo con los ejecutores del genocidio, tampoco debería ser posible frente a las fuerzas que lo impulsaron. Concretamente es la política económica de los grupos concentrados de sectores industriales, financieros y agropecuarios. La misma política económica que llegó a su máxima expresión durante el menemato y que generó las condiciones de miseria que dieron origen luego a la marginalidad y a la exclusión.
Hoy hay por lo menos cinco millones de compatriotas que están en esta situación de miseria, marginalidad y exclusión, que ya no sirven al sistema ni siquiera para ser explotados y por lo tanto, a los ojos de los poderosos están sobrando. Este es el nuevo genocidio en marcha, el que bajo la nueva bandera de luchar contra la inseguridad, lo que se busca es invisibilizar a los nuevos indeseables, con cárceles o directamente con policías entrando a sangre y fuego en las villas miserias.


¿Cómo ser objetivos ante esto? ¿Cómo podemos seguir viviendo nuestras vidas igual que antes de tanto horror? Veinticinco años después de la vuelta de la democracia, como sociedad buscaremos justicia para el genocida. Pero quedan muchos esfuerzos por destinar a que el horror no vuelva a ocurrir.


Un verdadero “Nunca más”.

lunes, 5 de mayo de 2008

9 DE MAYO "CLASE ABIERTA"


"VERSOS APARECIDOS"


DE CARLOS AIUB



INVITADOS ESPECIALES:


-JUAN AIUB RONCO, hijo de Carlos


-JULIAN AXAT, poeta e hijo de desaparecidos


CHARLA Y MUESTRA DEL PROYECTO


"VERSOS APARECIDOS; DANZAS HABITADAS2


EN EL AULA 220 A LAS 19HS



Sobre los prólogos


Estos Versos


Muchas veces los HIJOS fantaseamos con verlos aparecer.Nuestros viejos se nos instalan a veces en los sueños, en esos en los que te haces un bollito en la cama y sentís cómo te abrazan y que te dicen cosas al oído que no son palabras. Entonces sabés que están cerquita. Cuando despertás, seguís hecho un ovillito y abrazás a la almohada para que no se escapen.Otras veces los confundimos en la calle, metamorfoseamos otras caras en las de ellos para verlos ir a trabajar, o esperar un micro, o caminar bajo los tilos; porque los queremos volver a ver, para imaginarlos en una supuesta rutina cotidiana.También aparecen de otras maneras: se filtran en nuestra memoria como cuadros cubistas compuestos con las cuatro o cinco fotos que nuestras familias lograron rescatar; en los gestos que hacemos y sus amigos reconocen en nosotros; cuando abrazamos a nuestros hijos como ellos lo hubieran hecho.Esta vez es Carlos, el papá de Juan y de Ramón el que aparece en sus versos. En estos versos que nos cuentan mucho: el amor a su compañera y mamá de “los chicos” -como nos llaman nuestros abuelos-; el compromiso urgente con una realidad que pedía a gritos un camino de lucha hacia la liberación de nuestro pueblo; el respeto a los compañeros; la alegría inmensa de palpar la vida a través de sus hijos…Y así, una vez más, aparecen los desaparecidos. Siempre cuando los necesitamos y los sentimos vivos caminando a nuestro lado. Recitando estos versos, que también hablan de nosotros.
Verónica Sanchez Viamonte
La Plata Junio de 2007.-

VERSOS APARECIDOS de Carlos Aiub

Poema número dos
pienso en la muerte

desde hace varios días pienso en la muerte esa que puede venir

en cualquier momento y borrarlo todo

claro para vos se entiende

dejándote la duda de si empezás de nuevo las horas y los días

los que cuidas ya no mucho para no olvidarte

y los otros que tampoco olvidás

los que tantas veces quisiste

que no fueran con ganas de dejar de ser vos mismo aunque con miedo

los sueños una y otras vez reemplazados hasta este último tal vez definitivo

algunas flores que fueron flores y después fueron muriendo

los versos que aún intentás a golpes

el amor y el odio juntos

sin saber cuál es cuál a partir de algún momento

el camino interminable y tal vez nunca interminado

la vida hecha hombre

la podredumbre y las cosas lindas siempre todo junto

los recuerdos amontonados

junto a los por qué diablos no los hice

todo eso

la muerte que lo borrará todo y algo más que ahora no recordás

todo eso que fuiste bien o mal oh concepto liberal sin que te alcance nunca

cuando llegue la muerte y te tome desear estar en otra cosa

que te tome así y no temer

como forma de escaparte lejos por un rato

como tantas veces lo intentaste o lo pensaste

un poco de vino para borrar las penas o alguna droga

para olvidar la tierra

o simplemente querer seguir durmiendo cuando ves

que todo sigue igual ahí en tu pieza

la muerte pensada así y no temida

mas la muerte que así no existe y entonces sí temer

temer el dolor con que penetre el golpe que te dé

temer el dolor como cuando siempre

la forma del dolor y de la muerte empezás también a imaginarla y temés

temés también tu olvido

o algo así

el qué pensarán de vos

si te recordarán

si tu nombre bautizará algo o servirá para algo

temer el final que no te deje ver el final

la victoria viste

las cosas nuevas que buscás

el nuevo sueño chiquitín continuado

temer todo eso y entonces si temer la muerte que se puede venir

y no la deseás

y te aferrás a la vida con todo

porque querés vivir simplemente para ver cuando al final la vida viva

el nuevo dolor lo pensás más tarde.-



Pasaron ya treinta años desde el secuestro de Carlos, durante los cuales sus escritos pasaron de manos hasta llegar a las definitivas: las nuestras, las de sus hijos. Como padres inexpertos, sobreprotegimos el cuaderno recluyéndolo en el silencio y la seguridad del cofre destinado a los patrimonios más valiosos -a esos pocos legados tan inevitablemente propios como la sangre- donde esperó por años el fin de su cautiverio. Hoy hemos decidido por fin liberar los versos, aparecerlos, abrir la posibilidad a un pequeño triunfo, a ganar una mínima batalla: la de volver a Carlos entre nosotros y, a través de su poesía, retomar su voz inconclusa.
La mayoría de estos poemas no poseen título, solo unos pocos recibieron nombre. Algo similar ocurre con las fechas, no todas fueron registradas por Carlos. Esta publicación respeta el orden espacial que ocupaban los poemas dentro del cuaderno, y de acuerdo a ese orden han sido, tal vez irrespetuosamente, numerados. Contemplando aquellos poemas fechados, resulta extraña la inexistencia de una línea cronológica dentro del ordenamiento espacial; una posible explicación imagina al cuaderno conteniendo trascripciones de una selección realizada por Carlos, hipótesis probable dado el confiado uso de la tinta y las escasas correcciones. Hemos decidido además, acompañar las transcripciones con algunas copias de los poemas originales –de color amarillo tiempo- que nos permiten imaginar, como quien mira una vieja cinta “Super 8”, los movimientos cautos de su mano derecha hacedora de palabras cuyas mayúsculas no logran distanciarse.
Carlos nació en Coronel Dorrego y entre colegio, fútbol –con mas ganas que habilidad, según cuentan-, clases de plástica y algo de Beatles, trascurrieron allí su infancia y juventud junto a sus hermanos menores, Riqui y Marita. Algunas viejas fotos lo delatan por esos años sobre el altar de la Iglesia del pueblo, primero como disciplinado monaguillo y luego como miembro de Acción Católica, confirmando su condición de chupasirio, tal como muchos lo recuerdan cariñosamente.
Una vez terminados sus estudios secundarios, Carlos emigró a La Plata a estudiar Geología, carrera en la que se graduó tiempo después. Durante esos años, la facultad, la pensión y la realidad descubrieron para él que la iglesia no era herramienta suficiente para alcanzar los cambios legítimos con los que comenzaba a soñar. Se acerca al Peronismo de Base e inicia su militancia barrial; allí conoce a Beatriz Ronco -Bea en sus poemas- quién fue su compañera, esposa y con quién tuvo dos hijos varones. Juntos y en compañía de Riqui, eligen al Movimiento Revolucionario 17 de Octubre (MR-17) como nuevo espacio de lucha, sería el nuevo y definitivo. El golpe de estado de 1976 hirió trágicamente a la historia del pueblo argentino y lo hizo con la misma intensidad en la familia Aiub: el 9 de Junio de 1977 detuvieron en La Plata a Beatriz Ronco y Ricardo Aiub, al día siguiente a Carlos, de quienes jamás se conoció su paradero; un mes después en un operativo asesinaron a Marita, a su esposo Rafael y a Claudio, el hijo de ambos de solo dos meses de edad; también en julio de ese año, secuestraron en Coronel Dorrego a Maria, la madre de los hermanos Aiub, que tras ser brutalmente torturada, fue liberada días después. Con estas desapariciones y asesinatos aún cercanos en tiempo y espacio, fue hallado el viejo cuaderno anillado que todavía atesora los versos de nuestro padre; versos aparecidos.
La literatura fue una de las grandes pasiones de Carlos, él amaba la lectura y aún graduado y trabajando como docente en el Museo, continuaba sosteniendo su trabajo alternativo de venta ambulante de libros. La búsqueda por conocer qué libros habitaron su biblioteca no ha sido muy esclarecedora, a través de testimonios solo descubrimos que alguna vez recomendó como de lectura imprescindible a "A sangre fría" de Truman Capote y "Otra vuelta de tuerca" de Henry James. Es en este campo de sensibilidad y letras, donde nuestro padre libra batallas por escribir poesía o como el mismo definió por “escribir esos versos que aún intentás a golpes”.
Sus poemas sangran ante las evidencias de un mundo cruelmente desigual y persiguen el vértigo y la intensidad de una transformación urgente. Son flechas certeras que decodifican un universo de entrega y compromiso, donde la cercana posibilidad de la muerte no está siquiera seducida por la duda de una alternativa posterior, sino padecida como el vacío que no permitirá sintetizarse en ese triunfo inexorable. Su poesía encuentra espacios para reconocer en su amor por Bea al motor necesario para el cotidiano andar dentro de la realidad viscosa; nos cuenta sobre sus hijos, flores y proyectos, temiendo una violenta imposibilidad a verlos crecer, pero confiando en la libertad como único posible legado.
Hace algún tiempo, Juan Gelman, recordando a Paco Urondo, describía la indivisible unión entre militancia y poesía que el poeta desaparecido había alcanzado:
“No hubo abismos entre experiencia y poesía para él; corregía mucho sus poemas, pero supo que el único modo verdadero que un poeta tiene de corregir su obra es corregirse a sí mismo, buscar los caminos que van del misterio de la lengua al misterio de la gente. Luchó con y contra la imposibilidad de la escritura. También luchó con y contra un sistema social encarnizado en crear sufrimiento."
Difícilmente encontremos un modo más claro para entender la vida y la poesía de Carlos Aiub.
El rescate de estos versos hacia su publicación en papel y en su hermano formato web (www.versosaparecidos.com.ar) hubiese sido imposible sin la desinteresada entrega de Emiliana Carricondo, Julian Axat, Soledad Rodriguez Sabater, Verónica Sanchez Viamonte y José María Pallaoro. Imprescindible también resultó HIJOS y su incansable lucha, refugio desde donde aprendimos a reencontrarnos con nuestros viejos. A todos ellos, infinitas gracias.-

Ramón Aiub Ronco y Juan Aiub Ronco

sábado, 26 de enero de 2008

Rapa Nui